No sabías si nacer en lunes
o nacer en martes, ya
era el tiempo de ver la luz.
Media hora había pasado
del inicio del nuevo día
y el martes te recibió
en sus brazos
Llegaste al mundo,
la vida se te dio,
rodeado de qué,
aún no lo sé.
Solamente sé que un día
de estos yo te conocí
y como el Principito
encontró a su flor,
yo te encontré a ti.
Bendigo el martes,
el tiempo, la mañana,
que te vio nacer,
el aire que respiraste
por primera vez.
El día en que naciste,
yo no pensaba aún nacer,
pero ahora que nuestros
caminos se han encontrado,
en cada encuentro
mi corazón se prepara,
late y brinca por ti.
Cómo nacieron mis
sentimientos hacia ti, no lo sé,
quizás nacieron como naciste tú,
un día al amanecer.
Hoy quiero cuidarte,
darte mi tiempo, mi vida,
entregarme, porque eres
parte de mi universo y
compartir mi riqueza interior
contigo, pues eres
importante para mí.
Eres mi inspiración
y el caudal de sentimientos
que invaden mi interior,
nacen del encuentro contigo
y crecen porque en ti hay
belleza, nobleza, amor…
y mereces ser amado.
El día en que naciste,
bendito día…
