En el Día Internacional de la Mujer,
viene a mi mente y corazón, el
suave color lila, con que se tiñó
el cielo, para recibir a esas
mujeres que murieron por
defender sus derechos,
por haber soñado con una
sociedad igualitaria y participativa,
que favoreciera su dignidad
y desarrollo Integral.
Siento un profundo dolor, por
las mujeres que mueren
y que son borradas de la
historia, a manos de sus
esposos, parejas, novios,
hombres con los que han
convivido “por amor”.
Mujeres que por temor
no denuncian los abusos o
por creer que no va a volver
a suceder. ¡Y sucede!
La violencia machista deja
niños y niñas huérfanos o en el
peor de los casos, también fallecen.
La tristeza me embarga
al pensar en las muchas
niñas, adolescentes,
mujeres, que han sido
violadas y ultrajadas,
por hombres
cercanos,
en los que confiaban y
que además de haber
vivido tan dura experiencia,
viven con un silencio doloroso
bañado de vergüenza y pena,
por el “qué dirán” o por temor
a desvelar una verdad, que puede
crear una reacción de rechazo,
condena o en
el mejor de los casos
comprensión y apoyo.
Mis ojos se llenan de lágrimas
al pensar en los nuevos nacimientos
que en lugar de provocar gozo y alegría,
provocan vergüenza y rechazo,
por tener “la desgracia” de haber nacido mujer.
Teniendo como consecuencia el abandono,
los constantes castigos que van desde quemar
y marcar el cuerpo de la niña con un cigarrillo,
la mutilación genital o la posibilidad de recibir
una brutal paliza hasta causar la muerte.
Mi corazón se estremece al pensar en las
miles de mujeres que viven en extrema
pobreza y que cada día trabajan incansablemente,
sin importar su salud, horarios, pagos, dignidad,
reconocimientos, derechos… con tal de recibir
algo a cambio, para mantener con vida,
dar de comer, vestir y luchar por la
supervivencia de
sus hijos e hijas.
Y en medio de tanto dolor, me pregunto,
cómo celebrar el Día Internacional de la Mujer,
por qué no celebrar el Día de la Equidad, de la
Igualdad entre el ser humano. Por qué no trabajar
por quitar estereotipos, etiquetas, pensamientos
que solamente hacen que la cultura de la desigualdad
se siga implantando en la sociedad?
Tengo un corazón, alma, cuerpo, sangre, venas,
mente, pensamiento, sabiduría y experiencias
de Mujer. Me gusta ser mujer y sentirme llamada
a la vida siendo mujer es un regalo. Este es un día
para empoderarnos de esa grandeza femenina
que nos habita. Día para reivindicar nuestros
derechos. Día para gritar por las que no tienen voz,
porque la misma sociedad las ha silenciado.
Día para ser sembradoras de la igualdad entre el
ser humano. Día para decir NO a la violencia
emocional, sexual, física y económica, hacia la mujer.
Día para pedir igualdad de oportunidades entre
hombres
y mujeres, con el fin de favorecer un desarrollo
pleno y digno.
Solamente cuando seamos capaces de ver en el otro
ser
humano a mi otro yo, solamente cuando seamos capaces
de reconocernos con la misma dignidad humana,
solamente
cuando sepamos reconocer la grandeza de las
diferencias,
solamente cuando nuestras miradas se crucen y
sostengan
bañadas de respeto, amor, belleza e igualdad…
estaremos en condiciones de celebrar este día.
Abrazo con gratitud a todas las
mujeres que han dejado una
huella en mi corazón. Abrazo
con gozo a las mujeres que
admiro y me han enseñado a
despertar. Abrazo con
gratitud la sabiduría sencilla,
cotidiana y grande de mis
abuelas, de mi madre, maestras,
amigas, y compañeras
del sendero.
Abrazo con gratitud a mi
compañero de vida, quien con
cada mirada, presencia y apoyo
incondicional, me hace
sentir plena, respetada e
igual.
Lleno de caricias a mi niña
interior, para que florezca
plenamente, con la certeza de
sentirse segura, amada,
aceptada y reconocida por mí.
Inspirada en este 8 de marzo de 2014
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